Autora: Margarita Maury de Santiago

Es una delicia ir a una empresa “Saludable”, tiene todo en orden, desde las señales en la avenida que te avisa que estás al llegar, hasta la caseta del guardia de seguridad con su flamante uniformado que ves alejarse tras la reja después de decirte sonriente “Fue un placer recibirlo”.

Clima siempre templado, personal acomodado, procedimientos documentados y bitacorizados, facturas pagadas, economía equilibrada, pizarrón con “cero accidentes”, certificados y trofeos en la recepción, todos y todo en aparente calma; sin embargo, mientras camino por esos brillantes pasillos siempre me pregunto ¿para qué me habrán llamado?

El estudio del estrés ocupacional y sus consecuencias sobre la calidad de vida de los trabajadores y sobre la productividad de las organizaciones, es en la actualidad, un tema de interés central para las sociedades y los gobiernos. Tanto, que desde hace varios años se ha venido ajustando la Ley para irle dando cabida a los factores que conforman el Salario Emocional, si, esos intangibles que son tan necesarios en el trabajo. La respuesta al llamado de una doctora asesora en calidad, es para organizar un programa que le dé cumplimiento a la modificación del artículo 49 de la Ley General del Trabajo, que recientemente ha sido modificado y que contempla a los llamados factores psico-socio-culturales; es ahí donde está el problema, la empresa todo tiene sano, menos a las personas. Son empresas saludables, que enferman.

Los factores psico-socio-culturales son las condiciones presentes en una situación laboral que están directamente relacionadas con la organización del trabajo, con el contenido del puesto, con la realización y resultados de la tarea e incluso, con el entorno de la actividad que tienen la capacidad de afectar el desarrollo del trabajo y a la salud del trabajador. Por ejemplo: Empresas cuya tasa de hipertensos es tan alta que provoca infartos en gente menor de 50 años; departamentos productoras de cortisol (hormona de respuesta inflamatoria) por niveles de presión que asustan y generan sensaciones continuas de disestrés; áreas con condiciones supremas que exigen y transfieren los grados de control al colón y estomago de las personas que ahí trabajan; son empresas que enferman por mantenerse industrialmente saludables.

La Ley general del trabajo está promoviendo la transición hacia “Empresas Sanas”, no nada más saludables. Una empresa sana es aquella en la que sus integrantes colaboran para proteger y promover la salud, seguridad y bienestar de los trabajadores y la sostenibilidad del espacio de trabajo, todo dentro de un proceso de mejora continua. Esta labor considera entonces, el entorno ergonómico tanto en lo físico como en lo cognitivo, organización que respeta la diversidad y genera una cultura comunitaria libre de tensión. A esto se le llama SISTEMA DE GESTIÓN DE EMPRESA SALUDABLE (SIGES).

Como todo sistema el “SIGES”, inicia con un diagnóstico, pero no son cuestionarios; los empleados de las empresas Saludables que enferman son expertos en contestar encuestas.

Basta con revisar algunos indicadores sencillos, vr.gr: prevalencia de causa específica, tasa de enfermedad, temas de la capacitación continua, el organigrama social, etc.

Una vez establecidos los riesgos y causas de enfermedad, empiezan las acciones para hacer que las personas adopten en sí mismos la cultura de la serenidad y la modificación de los trastornos del ánimo; tarea titánica de mayor complejidad que implantar un sistema de gestión para la calidad; porque no hay nada más difícil que empezar a hacer el trabajo, disfrutándolo y dejándolo en la oficina una vez que llegó la hora de la salida. Recuperar la salud inicia con las personas y no es nada más hacer deporte y dejar de comer grasas; SIGES es gestionar entornos saludables, es trabajar sobre las interrelaciones sociales y emocionales de la empresa.

SIGES tiene diversas metodologías y técnicas de implantación. Sus resultados se ven a mediano plazo, pero las disminuciones en la tasa de accidentabilidad y de sinestralidad son muy importantes; además, le dan cumplimiento a las auditorias que está realizando la STPS en relación a la modificación del artículo 49 de su Ley y que será obligatorio cumplir en 2016. Una paradoja que tiene SIGES, es que entre menos grande es la empresa, más complicada es hacerla sana, ¿Qué curioso no?


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Acerca del Autor                                                                                                                                                                                                                                                                                                    Margarita Maury de Santiago es asesora empresarial, se le reconoce como experta en la implantación de Sistemas de Calidad y Salud; consultora en Motivación y Desarrollo Humano y evaluación del Clima Organizacional, además de ser amiga de Keisen Consultores.


Como citar este articulo: De Santiago, Margarita M. (26 de noviembre de 2015), “Empresas saludables, ¡que enferman!”, Artículos y Blog de Keisen Knowledge, KEISEN Consultores, México,  https://keisen.com/es/

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